La Ruta del Clima: de la idea al cambio social

Origen

Jugando al volley playa en Málaga surgió la idea. En los comienzos del verano de 2019. Yo (Jesus) era nuevo en el grupo, invitado recientemente por los mellizos Pedro y Fernando. Tras un par de meses de partiditos, con sus cañas de después, la conversación entró un día en el terreno laboral. Me presenté con mi típica frase de “flipao”: “catalizo procesos de innovación social por el clima”; que obviamente luego tengo que explicar: “impulso iniciativas de economía social para la acción y justicia climática a nivel local”. No sé si aclara mucho algo, pero bueno. Acto seguido contribuyeron los mellizos: “nosotros fomentamos la educación ambiental para el empoderamiento de jóvenes de toda la provincia”. Y finalmente Luis, el dinamizador buen-rollista del grupo, recitó las palabras mágicas: “pues yo soy guía turístico, realizamos visitas guiadas responsables, evitando zonas saturadas, en grupos limitados, promocionando el comercio local…”

La semilla se había plantado en mi cabeza sin saberlo. Cierto número de días después germinó: turismo responsable, educación ambiental y acción y justicia climática … básicamente los pilares levantaban solos la casa. En términos organizacionales se estaba fraguando la potente unión de Social Climate (Natascha, Esther y Jesus), la Asociación Líbero (Fer y Pedro) y Explora Málaga (Luis y Javier).

Concepto y beneficiarios

La Ruta del Clima son itinerarios físico-conceptuales (tours, gincanas y otros formatos educativos y lúdico-educativos) en entornos urbanos y rurales, alrededor de la emergencia climática, para ver en terreno los impactos, comprender las causas y conexiones, y experimentar las soluciones en términos de movilización social, pensamiento crítico, democracia directa, economías locales del bienestar, soluciones basadas en la naturaleza, culturas regenerativas y arte.

Como corresponde a una herramienta de cambio social, tienen un público muy variado: desde residentes y visitantes (turismo sostenible) que deseen profundizar en la cuestión, niños y jóvenes a través de colegios e institutos (concienciación), y empresas (innovación social). 

Motivaciones y objetivos

No obstante no era este otro proyecto educativo más en torno a la crisis climática, ni mucho menos. La experiencia de los fundadores nos hizo tener claro el enfoque disruptivo desde el principio, tanto para evitar los errores pasados de la disciplina, como para construir sobre lo que sí está funcionando. Así, todos los itinerarios y formatos de la Ruta del Clima buscan siempre orientar a las personas participantes hacia la acción local colectiva y transformadora, mediante un plan de acción erigido sobre los siguientes objetivos, a su vez motivaciones diferenciales del proyecto:

  1. Conectar impactos, causas y soluciones de la crisis climática; desde la ciencia, la justicia social y la cooperación por el bien común.
  2. Adoptar una mirada compleja y sistémica que entronque el problema con otros retos socio-ambientales del entorno, en causas y soluciones, como derecho a la vivienda y la ciudad, migraciones, feminismo, desigualdades económicas, pérdida de biodiversidad, etc.
  3. Mostrar los impactos positivos del cambio socio-económico necesario en la equidad (igualdad de oportunidades), salud, y el bienestar holístico de personas, comunidades y ecosistemas.
  4. Bajar a lo concreto, cercano e inmediato, desde el ámbito individual, comunidad vecinal, barrio, municipio o ciudad y bio-región (regiones con capacidad de auto-suficiencia ecosocial); transmitiendo también la necesidad de la cooperación translocal para replicar las mejores soluciones.

En definitiva, la Ruta del Clima tiene por fin catalizar una economía local, generadora de bienestar, equidad y soberanía; con el turismo responsable y sostenible como vehículo de cambio social; y liderando con el ejemplo tal y como explicamos a continuación.

Colaboradores y red

Si bien desde su propia génesis el proyecto nace con un ADN plenamente cooperativo, quisimos que la filosofía impregnara todos sus aspectos, desde el diseño de los itinerarios a la generación y distribución de recursos, monetarios e intangibles, en el seno de una economía local colaborativa. A este fin, involucramos durante todo el proceso de co-creación e implementación de las rutas a persona y proyectos colaboradores, incluyendo huertos urbanos comunitarios, asociaciones vecinales, centros socio-culturales, o tiendas de productos ecológicas de kilómetro cero a nivel local; al igual que entidades referentes a nivel nacional e internacional como Local Futures (organización hermana e inspiradora de Futuros Locales), Youth Climate Leaders, One Million Women, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN o IUCN en inglés), el Clúster de Soluciones Basadas en la Naturaleza, o el Observatorio de la Sostenibilidad. Grandes son los esfuerzos que conlleva esta visión en la práctica, pero sin duda merece la pena cuando ves la idea florecer en un proyecto genuinamente compartido con capacidad para transformar una ciudad entera, barrio a barrio, corazón a corazón.

El potencial era mucho mayor aún, no de crecer en desmesura como “empresa” (el error sistémico por excelencia), sino de replicar el modelo en otros lugares, por otras gentes, siendo como es de sencilla y exportable la idea. Unos cuantos emails a personas de confianza en el mundillo y ¡bingo!, emergió una red colaborativa de capítulos locales, independientes pero que intercambian buenas prácticas, comparten herramientas y estrategias, y suman fuerzas. Comenzó en Barcelona liderado por Aethnic (turismo sostenible) y recientemente Feel by Doing (experiencias responsables), y en Madrid con el impulso de Rutas Pangea (ciclo y eco turismo).

Impacto

En apenas 13 meses, desde la ruta de lanzamiento en Málaga que tuvo lugar el 29 de noviembre de 2019 hasta la última del 18 de diciembre de 2020 (con 6 meses de parón por la pandemia), hemos efectuado 13 rutas en Málaga (ver fotos): 8 “free tours” (abiertos a todo el mundo, cada cual aportando la voluntad), 5 rutas específicas (grupos y precios preestablecidos) para estudiantes de un máster de gestión ambiental la Universidad de Málaga y de un curso de verano de soluciones basadas en la naturaleza de UICN y la UNIA (Universidad Internacional de Andalucía), jóvenes de toda Europa vía un proyecto Erasmus Plus gestionado por Líbero, migrantes de múltiples procedencias acogidos por Cruz Roja, una comitiva del Consejo Regional de Laponia (Finlandia) y ; alcanzando un total de 185 personas de más de 20 países. 185 nuevos agentes de cambio.

Se extiende aún más el alcance gracias a los múltiples foros y eventos a nivel nacional e internacional en los que hemos presentado la Ruta a lo largo de estos breves pero intensos meses, con objeto de expandir el mensaje y multiplicar la semilla: el Sharing Cities Summit – Smart City Expo World Congress en Barcelona en noviembre, la Cumbre del Clima de Naciones Unidas (COP25) en Madrid en diciembre, el II Foro Internacional de Economía Circular en San Sebastian en enero, la Feria Internacional de Turismo (FITUR) en Madrid en enero, o el Foro Málaga por el Clima con el IPCC que co-organizamos en Málaga a principios de marzo.     

Largo es el camino, buena la compañía, que prosiga la Ruta del Clima 😉